El Programa de Selectividad Alimentaria del servicio de Terapia Ocupacional de Fleni tiene como fin evaluar y brindar un tratamiento específico a los niños que presentan esta dificultad en la alimentación. Dirigido a chicos de entre dos y 10 años, está conformado por una primera instancia de evaluación específica de su alimentación con la posibilidad de que luego estos formen parte de un grupo terapéutico para abordar su selectividad.
¿Qué es la selectividad alimentaria?
La selectividad alimentaria consiste en el rechazo persistente a alimentos de cierta textura, color, sabor, olor o temperatura. En los niños, esta aversión a determinados alimentos puede manifestarse de distintas formas, desde muecas, arcadas, vómitos, escupir la comida o girar la cabeza en señal de rechazo. El rechazo persistente de ciertos alimentos y la selectividad pueden hacer que un niño sufra de déficits nutricionales.
Si bien la selectividad alimentaria es frecuente en chicos con trastornos de procesamiento sensorial (TPS) o trastornos del espectro autista (TEA), también puede presentarse en menores sin condiciones neurológicas específicas.
Un programa específico para cada niño
Al menos dos semanas antes de la evaluación, los padres o tutores deberán entregar al equipo profesional un perfil sensorial del niño para registrar sus manifestaciones habituales en su ambiente natural y un cuestionario de orientación con sus antecedentes médicos, madurativos y familiares.
Luego es el turno de la evaluación. Ésta consiste en un encuentro de dos horas que incluye una entrevista inicial con los padres o tutores del niño; una serie de pruebas terapéuticas con diferentes texturas y sabores de alimentos y una evaluación básica de las praxias orales del paciente.
En base a esta información, los especialistas diseñan un programa de intervención individual acorde a las características de cada niño. Los grupos de chicos, que se reúnen una vez a la semana, se dividen no solo por edad, sino también por características comunes frente a la selectividad de los alimentos.
El objetivo es siempre ampliar el repertorio de alimentos y acompañar a la familia en estrategias y pautas para darle continuidad al programa en el hogar. Estas estrategias de intervención se basan en distintos marcos de abordaje como la terapia de integración sensorial y el análisis aplicado a la conducta (ABA).
