Se trata de la revista estadounidense The New England Journal of Medicine. Entre otras cosas, afirma que esta terapia, disponible en la Clínica de Trastornos Psiquiátricos Refractarios de Fleni, tiene resultados favorables en el 60 al 80% de los pacientes con depresiones graves. 

Los trastornos psiquiátricos refractarios son aquellos que no responden a los psicofármacos y las terapias psicológicas que se usan habitualmente. Es por eso que los especialistas en salud mental deben buscar soluciones alternativas para los pacientes que los padecen. En muchas partes del mundo, como por ejemplo en Estados Unidos, se emplea desde hace mucho tiempo y con éxito la terapia electroconvulsiva (TEC) para tratar afecciones como la psicosis y la depresión refractaria.

Un artículo publicado recientemente por la prestigiosa revista científica The New England Journal of Medicine, editada por la Sociedad Médica de Massachusetts, señaló que estudios recientes demostraron que entre el 60 y el 80 por ciento de los pacientes con desórdenes depresivos graves tratados con TEC presentaron una mejoría, mientras que en el caso de los pacientes con esquizofrenia resistente al tratamiento fueron entre el 40 y el 70 por ciento.

En Fleni, este tratamiento es ofrecido por la Clínica de los Trastornos Psiquiátricos Refractarios, que depende del Servicio de Psiquiatría, y cuyo objetivo es ofrecer la mejor estrategia terapéutica a los pacientes que acumulan múltiples fracasos con tratamientos previos.

¿En qué consiste la terapia electroconvulsiva?

La TEC consiste en la inducción controlada de convulsiones mediante estimulación eléctrica (regulable en intensidad) durante períodos cortos de tiempo. Ejerce su efecto modulando circuitos cerebrales disfuncionales (neuromodulación) a través de los estímulos eléctricos.

Según explicó la doctora Lucía Fazzito, coordinadora de la Clínica de los Trastornos Psiquiátricos Refractarios de Fleni, la TEC se emplea principalmente en pacientes con depresión refractaria y psicosis refractaria, aunque también se puede usar en el caso de psicosis por Parkinson o en agitación y trastornos conductuales severos en pacientes con trastornos neurocognitivos. Asimismo, se administra en el caso de trastornos conductuales y de impulsividad refractaria en pacientes con discapacidad intelectual o trastornos del espectro autista.

Cada sesión dura apenas entre 5 y 10 minutos. Antes de comenzar, el paciente es sedado y se le administra un relajante muscular. Una vez que está dormido, se le colocan los electrodos en la zona fronto-temporal del cráneo.

“Es importante destacar que se trata de una sola convulsión de entre 15 y 20 segundos por sesión, suave, que se realiza de forma controlada por un equipo de profesionales, entre los cuales se encuentran un anestesiólogo, un cardiólogo y el psiquiatra”, explicó la doctora Fazzito. “El paciente no siente absolutamente nada porque no está consciente, está sedado. Se trata de un proceso ambulatorio y muchos pacientes incluso se van a trabajar después de la sesión”, explicó.

Por lo general, el tratamiento está conformado por una fase inicial o aguda de 10 a 12 sesiones en el lapso de un mes o cinco semanas. Luego puede haber una fase de mantenimiento que puede consistir en una sesión mensual durante 6 meses a un año.

Un tratamiento eficaz y seguro

“La publicación de The New England Journal of Medicine es de gran importancia porque reafirma los beneficios de la terapia electroconvulsiva en pacientes con trastornos psiquiátricos refractarios. Si bien en países como Estados Unidos es un tratamiento habitual, lamentablemente en Argentina se realiza en muy pocos centros, uno de los cuales es Fleni”, apuntó la doctora Fazzito.

De acuerdo con la psiquiatra, esto se debe a que hay un gran desconocimiento acerca de esta terapia, sobre la que aún pesa un gran estigma. “Pero lo cierto es que es un tratamiento seguro”, añadió.

La especialista afirmó que esta técnica se usa principalmente en adultos de 18 a 90 años, pero indicó que hay evidencia científica y experiencia clínica que avala también su uso en adolescentes con cuadros muy refractarios o con psicosis o depresiones severas con catatonia e intentos de suicidio.

En su opinión, es importante dar a conocer los beneficios de este tratamiento y derribar prejuicios caducos. “Este tratamiento no tiene nada que ver con las terapias de electrochoque que se practicaban en el pasado. Por empezar, se realiza con el consentimiento del paciente y de su familia. Como el paciente está anestesiado, no siente ningún dolor ni tiene ninguna sensación desagradable. Además, los aparatos de hoy en día son mucho más modernos y permiten controlar todos los parámetros”, apuntó la doctora Fazzito. “La realidad es que es una técnica que puede mejorar notablemente la de vida de pacientes psiquiátricos graves y sus familias”, concluyó.