Si bien la mayoría de las cirugías de cerebro se hacen con el paciente dormido durante toda la intervención bajo el efecto de la anestesia, también es posible llevarlas a cabo con el paciente despierto. Esto es especialmente útil en el caso de tumores ubicados cerca del área del lenguaje.
Muchas personas desconocen que es posible operar tumores cerebrales con el paciente despierto. Y Fleni es uno de los pocos institutos en Argentina en contar con el equipamiento y los profesionales para llevarlas a cabo.
“La cirugía con pacientes despiertos es un procedimiento que se utiliza por lo general para patologías tumorales localizadas en áreas muy próximas al área de lenguaje”, explicó el doctor Andrés Cervio, subjefe de Neurocirugía de Fleni. “Que el paciente esté despierto implica que durante el procedimiento está interaccionando con el equipo quirúrgico”, aclaró.
Esto permite a los neurocirujanos, neuropsicólogos y neurofisiólogos que se encuentran en el quirófano la posibilidad de evaluar con mayor exactitud si la cirugía para remover el tumor cerebral está afectando un área del cerebro relacionada con el lenguaje.
“Al cirujano esto le permite ir estimulando eléctricamente las áreas del cerebro que considera que son las del lenguaje, que potencialmente hay que preservar, y de esa manera mapear dónde están localizadas y luego ir resecando (extirpando) la lesión”, indicó.
Menos secuelas y un mayor margen de resección
Según explicó el subjefe de Neurocirugía de Fleni, este tipo de operaciones han permitido disminuir los márgenes de secuelas posoperatorias, como las dificultades en el habla y, a su vez, aumentar los márgenes de resección o extirpación.
“Está demostrado que cuando se opera al paciente dormido, por prevención, el médico suele sacar menos lesión de lo que querría”, indicó el doctor Cervio. “Cuando se opera al paciente despierto, se puede aumentar la cantidad de tumor que se saca porque el neurocirujano se acerca mejor y con mayor seguridad al área del lenguaje”, completó.
Por su parte, el doctor Santiago Condomí Alcorta, jefe de Neurocirugía de Fleni, destacó: “Nosotros sabemos que en Fleni contamos con todo el equipamiento para poder realizar de la mejor manera posible estas cirugías, ya sea de tumores de bajo grado de malignidad, de tumores muy vascularizados o tumores benignos que, desafortunadamente, están ubicados en áreas elocuentes”.
El caso de Hernán Álvarez
Hernán Álvarez llegó a Fleni por un glioma, un tipo de tumor que puede desarrollarse en el cerebro y la médula espinal. “Cuando fui a ver al doctor Cervio me dijo: ‘Mirá, existe la posibilidad de que hagamos una cirugía despierto’. Y mi respuesta fue: ‘Todo lo que tengamos que hacer, lo vamos a hacer’”, recordó Álvarez.
En principio, la idea de una operación de cerebro con el paciente despierto puede causar algo de impresión. Sin embargo, este tipo de cirugías son indoloras. “Existe mucho mito con respecto a la cirugía con el paciente despierto. Pero la realidad es que el cerebro en sí no duele. Lo que duele son las estructuras externas: las meninges, el cuero cabelludo, la piel y el hueso”, explicó el doctor Cervio.
La técnica “dormido-despierto-dormido”
Si bien hay numerosas técnicas para este tipo de cirugías, la que se usa en Fleni es la llamada técnica “dormido-despierto-dormido”. El mismo Hernán Álvarez lo explicó así: “Primero me durmieron, y se hizo toda la preparación para la cirugía. Cuando estuve listo me despertaron y me hicieron repetir todos los ejercicios que ya habíamos hecho de (contestar) preguntas, completar oraciones, (decir qué veía en los) carteles y ese tipo de cosas. Después de eso me cerraron y me llevaron a hacer una resonancia estando despierto. (Eso demostró que) efectivamente habían removido todo. Ahí me volvieron a dormir y me terminan de cerrar”.
De hecho, el Departamento de Neurocirugía de Fleni es uno de los pocos en Argentina en contra con el equipamiento para realizar este tipo de resonancias intraoperatorias. Éstas permiten comprobar, antes de dar por finalizada la cirugía, si quedó en el cerebro algún resto tumoral. De ser así, se puede terminar de extirpar lo que haga falta en el quirófano antes de dar por terminada la intervención.
Según aclaró el doctor Cervio, durante el postoperatorio existe la posibilidad de que el paciente se despierte con un deterioro del lenguaje, pero eso no implica que vaya a ser definitivo.
“Si bien yo me sentía muy bien, al principio te cuesta recordar todas las palabras, el lenguaje se te vuelve complicado”, recordó Álvarez. “Pero a las tres horas de haberme operado me sentía muy bien, muy bien… y le dije a la enfermera: ‘¿Te molesta si prendo la tele? Me estoy aburriendo’”.