Las jaquecas o migrañas afectan al 14% de la población. Una de cada cinco migrañas es precedida por distorsiones visuales (aura). A veces, aparecen cambios en el humor, cansancio o falta de concentración antes de que se presente el dolor. También pueden ser desencadenadas por ciertos alimentos –chocolate, queso, banana–, por el alcohol y el tabaco, y por cambios en el clima. En la mayoría de los casos se presentan con latidos y en una mitad de la cabeza. Suelen estar acompañadas por incomodidad ante la luz (fotofobia) y el ruido, náuseas, vómitos, mareos e incluso vértigo. Aunque no se conoce del todo el mecanismo que las produce, la hiperexcitación neurovascular que está en la base de las migrañas tiene un gran componente genético. A los 35 años, el 30 % de las mujeres se quejan de jaqueca, pero disminuyen en la menopausia.
Pueden estar desencadenadas por diferentes factores: causas psicológicas como el estrés o la angustia, la intolerancia a ciertos alimentos, la modificación del modo de vida, los cambios de ritmo (vacaciones o fin de semana), factores climáticos, ruidos o olores. En las mujeres, los factores hormonales también originan algunas migrañas.
Para el tratamiento de la migraña debe aliviarse el dolor cuando el paciente sufre una crisis; para ello se utilizan analgésicos, antiinflamatorios y sustancias más específicas como los triptanos. También se recomienda tratamientos de fondo para las personas con crisis frecuentes que pueden acompañarse de acupuntura, relajación u otras medicinas naturales. La migraña puede aparecer a cualquier edad, pero se inicia entre los 10 y los 30 años, afectando a más mujeres que hombres. En más de la mitad de los pacientes, existen antecedentes familiares positivos. También se denomina hemicránea y jaqueca.