Distintas patologías pueden requerir que la cubierta ósea del cráneo sea resecada durante la cirugía. Esto puede deberse a infecciones, traumatismos o infiltración por tumor entre las más comunes. Si no hay infección se puede cubriri el defecto óseo con distintas prótesis para proteger el cerebro. En casos con infección probada o dudosa es preferible diferir a un segundo tiempo quirúrgico la cirugía de craneoplastia.
En la actualidad se pueden usar distintas prótesis en base al tamaño del defecto y su localización.
Pequeños defectos postoperatorios en regiones cefpalicas posteriores pueden taparse con injertos propios del paciente adheridos con cola de fibrina biológica.
En defectos más grandes se puede usar: