Patologías y Tratamientos


Cirugía De Parkinson

Durante la cirugía, un equipo médico debe realizar un registro electrofisiológico dentro del cerebro para conocer el lugar exacto donde se practicará la operación. De esta manera, se obtiene un mapa cerebral del paciente, con lo que se evita realizar una cirugía a ciegas.
Luego se implanta el neuroestimulador, que es similar a un marcapasos y del tamaño de un cronómetro. El dispositivo enviará estímulos eléctricos a las áreas específicas del cerebro que controlan el movimiento y bloqueará las señales nerviosas anormales que provocan los síntomas de la enfermedad de Parkinson.
El sistema de estimulación cerebral profunda consta de tres componentes: el electrodo, la extensión y el neuroestimulador. El electrodo, un cable delgado, se inserta a través de una pequeña abertura en el cráneo y se implanta en el cerebro. La punta del electrodo se posiciona en el área objetivo del cerebro.
La extensión es un cable aislado que se pasa bajo la piel de la cabeza, el cuello y el hombro, conectando el electrodo al neuroestimulador.
Este tercer componente por lo general se implanta bajo la piel cerca de la clavícula. En algunos casos, se lo coloca más abajo en el pecho o sobre el abdomen.
Esta operación tiene ventajas en comparación con las que se practicaban en los años noventa. No afecta al tejido cerebral sano, sino que solo bloquea las señales eléctricas de áreas específicas del cerebro. Además, la actividad del neuroestimulador es fácilmente ajustable—sin necesidad de otra cirugía— ante cambios del estado del paciente.
Una vez instalado el neuroestimulador, existe una considerable reducción de los síntomas de la enfermedad. Además, la mayoría de los pacientes puede llegar a reducir la dosis de sus medicamentos, con la consiguiente mejora en los efectos colaterales provocados por ellos.

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