Se estima que 1 de cada 5 mujeres puede sufrir un problema de salud mental durante el embarazo o el puerperio. Algunas también presentan síntomas de ansiedad y depresión en etapas más avanzadas de la maternidad. Consultar con un psiquiatra es fundamental para preservar la salud de madres e hijos. 

La idealización de la maternidad hace que se repare poco en las emociones que experimentan las mujeres a lo largo de sus distintas etapas. Si bien se suele creer que el embarazo, el puerperio y la crianza de un niño son los momentos más felices en la vida de una mujer, lo cierto es que la alegría que trae consigo la llegada de un hijo también puede convivir con sentimientos de ansiedad y depresión. 

Según distintos estudios, se estima que alrededor del 15 al 20 por ciento de las mujeres experimentan algún tipo de problema de salud mental durante el embarazo y el puerperio. Esto significa que 1 de cada 5 mujeres puede sufrir de un problema de salud mental o emocional en esta etapa. La depresión es una de las enfermedades mentales más comunes, aunque también pueden presentarse trastornos de ansiedad, que se manifiestan con crisis de angustia, ataques de pánico o preocupaciones intensas, entre otros síntomas. 

 

La culpa, un obstáculo para el diagnóstico 

 Por lo general, las mujeres afectadas suelen demorar la consulta con el psiquiatra. Esto se debe a que tienden a relegar sus necesidades a un segundo plano y también a que tienen sentimientos de culpa. Para muchas de ellas es difícil admitir que experimentan emociones negativas frente a los numerosos cambios vitales del embarazo y del posparto, así como ante los distintos desafíos que implica la maternidad, sobre todo cuando se trata de niños o niñas que requieren de cuidados especiales.  

Otro de los motivos por los que demoran la consulta es que muchas mujeres creen que «el malestar se va con el tiempo, o que pueden lidiar solas con los que les está sucediendo a nivel emocional. También es usual que piensen que la solución a sus problemas provenientes de una consulta con un psiquiatra sea únicamente la administración de psicofármacos cuando existen múltiples alternativas no farmacológicas que pueden ser de gran ayuda en algunos casos», señaló la médica psiquiatra Agustina Wainsztein, especialista en Psiquiatría Perinatal del Servicio de Psiquiatría de Adultos de Fleni.

 

Señales de alarma 

 Cuando la tristeza es persistente y se presentan cambios de ánimo, ansiedad o insomnio, es hora de consultar con un especialista en salud mental. Los tratamientos pueden incluir terapia, medicación y apoyo emocional y su objetivo es cuidar al máximo la salud del bebé o niño así como la de la madre. 

“A menudo, las madres descuidan su salud y se concentran en cuidar a sus hijos. Con frecuencia escuchamos que no tienen ni tiempo para hacer cosas esenciales como darse un baño, ir a un chequeo médico o simplemente descansar un rato. Pero es crucial encontrar un equilibrio y prestar atención a sus propias necesidades”, indicó la doctora Wainsztein. 

 

Algunos tips para el bienestar materno 

 En muchos casos, el malestar emocional puede prevenirse con distintas estrategias para evitar la sobrecarga y el estrés y, de este modo, problemas emocionales como ansiedad o depresión, decaimiento anímico, desgano, tristeza, enojos y mal humor frecuentes o poca capacidad para disfrutar. Aquí, algunas estrategias para sentirse mejor: 

 

Establecer límites: hay que saber decir que «no». Establecer límites saludables puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad. 

Dormir lo suficiente: es clave establecer una rutina de sueño y hacer todo lo posible por cumplirla. 

 Hacer ejercicio: ejercitarse es una excelente forma de reducir el estrés, mejorar el estado de ánimo y aumentar la energía.  

 Alimentarse bien: una alimentación saludable puede mejorar la salud física y mental. Incorporar frutas, verduras, proteínas y carbohidratos complejos en la dieta y evitar el consumo de alimentos procesados o ricos en azúcar ayuda a sentirse mejor. 

 Aprender técnicas de relajación: las técnicas de relajación, como la meditación y la respiración profunda, pueden ayudar a reducir el estrés y la ansiedad. 

 Reservar tiempo para los hobbies y los seres queridos: es importante reservarse tiempo para la pareja, la familia y los amigos y para dedicarse a hobbies y otros intereses. También es clave hablar con los amigos y familiares acerca de los propios sentimientos.  

Sin dudas, a muchas mamás les genera culpa hacerse un tiempo para hacer cosas por ellas mismas. Pero tienen que saber que la única manera de brindar el mejor cuidado posible a los hijos es asegurarse de cuidar de la propia salud primero. También es importante que sepan que no están solas, y que buscar ayuda no es una debilidad”, concluyó la doctora Wainsztein. 

 

Fleni