Las lesiones en la columna vertebral pueden dañar la médula espinal y comprometer seriamente numerosos aspectos de la vida del paciente. Muchas de estas lesiones pueden prevenirse si se toman algunas precauciones.

Una de las principales funciones de la columna vertebral es proteger la médula espinal, una estructura neurológica que representa el tejido nervioso más extenso del cuerpo humano. Si se lesiona la columna, y con ella, la médula espinal, el paciente puede sufrir alteraciones neurológicas permanentes e irreversibles, como pérdida de movilidad, de fuerza y de sensibilidad.

“Las lesiones de este tipo tienen un impacto no solo en la esfera neurológica, sino que comprometen muchos aspectos de la vida. También afectan a nivel mental, emocional y social, ya que una persona que queda con una discapacidad importante tiene que aprender a insertarse en la sociedad con las consecuencias de esa lesión”, apuntó la neuróloga María Julieta Russo, coordinadora médica de Rehabilitación Cognitiva y Lenguaje de la Clínica de Conmoción Cerebral asociada al Deporte de Fleni.

Una lesión en la columna vertebral es cualquier alteración en las vértebras, ligamentos, discos vertebrales o en la médula espinal. Sin embargo, estas se dividen en dos grandes grupos: no traumáticas, causadas por artritis, artrosis, degeneración de los discos intervertebrales, infecciones, tumores, etc., y traumáticas, debido a un golpe traumático repentino.

Los accidentes de tránsito como principal causa

En Argentina, la principal causa de las lesiones de columna traumáticas son los accidentes de tránsito. Otras causas de este tipo de lesiones son los deportes de impacto, como el rugby o el polo, y algunas actividades recreativas (zambullirse en aguas poco claras y revueltas, en las que no se puede ver el fondo, resbalarse en el borde de la pileta, hacer actividades como tirolesa o rafting sin las medidas adecuadas de seguridad). También pueden producir lesiones traumáticas de columna las caídas desde la propia altura (resbalones, tropiezos), así como las heridas por armas de fuego o armas blancas en hechos de violencia.

“Muchas de estas lesiones se pueden prevenir, por ejemplo, las causadas por los accidentes de tránsito. Por eso es muy importante que la población conozca las más frecuentes para evitarlas”, explicó la doctora Russo. “Es importante respetar todas las medidas de seguridad al volante, como usar el cinturón de seguridad o respetar los límites de velocidad, así como usar casco cuando se viaja en moto o bici. Hay que entender que el uso del casco evita las formas graves de los accidentes, es decir, el traumatismo de cráneo y el traumatismo de la columna y de la médula”, señaló.

Diferencias según la edad

Según explicó la doctora Russo, las caídas desde la propia altura son la principal causa de lesiones de columna traumáticas en las personas mayores de 65 años. Es el caso de un adulto mayor que se fractura la cadera o una vértebra por tropezar con la alfombra o con el borde de la bañera al salir de la ducha, por ejemplo. En tanto, las lesiones por accidentes o debido a la práctica deportiva o recreativa son las lesiones traumáticas más frecuentes entre las personas de 16 y 30 años. En el caso de los más pequeños, prevalecen los resbalones “hacia atrás”, por lo que recomienda hablar claramente con los chicos acerca de los riesgos de correr alrededor de la pileta y enseñarles a zambullirse correctamente.

“Sabemos, por ejemplo, que ser hombre es un factor de riesgo en este caso: está comprobado que los hombres tienen más probabilidades de sufrir una lesión de columna traumática”, explicó. También tienen mayor predisposición a estas lesiones las personalidades más aventureras, es decir, aquellas personas que disfrutan practicando deportes extremos o actividades recreativas de cierto riesgo.

Tratamientos y rehabilitación

Una lesión grave de columna no solo puede llevar a que el paciente pierda movilidad, fuerza y sensibilidad, sino que trae una serie de complicaciones asociadas, como problemas para controlar la vejiga y los intestinos, trastornos respiratorios si es cervical o dorsal, así como dolores neuropáticos por comprometer la médula y los nervios.

“Actualmente hay muchos científicos a nivel mundial investigando lesiones de la médula y de la columna, quienes estiman que en algún momento será posible repararlas. Pero hoy por hoy, no es posible una reparación completa de la lesión y de las consecuencias que genera, por lo que es muy importante la prevención”, indicó la doctora Russo. De todas formas, destacó que actualmente hay numerosos tratamientos y rehabilitaciones disponibles para que la persona que sufrió una lesión de columna pueda volver a tener una vida productiva y lo más independiente posible.