El último día del año pasado nos dejó el Prof. Dr. Rodolfo D. Fahrer, académico de número de la Academia Nacional de Medicina, y maestro de la medicina argentina, formador de muchas generaciones de psiquiatras y un verdadero luchador por el avance y modernización de esta disciplina médica en nuestro medio.
El Dr. Fahrer participó de la renovación de la psiquiatría argentina operada a fines de los años 60, superando tradiciones dogmáticas e integrando disciplinas médicas, psicológicas y sociales en la que fue siempre su principal preocupación: el estudio detallado y el tratamiento moderno y eficaz de los pacientes. Participó así en los años 70 del desarrollo inicial de la Sección de Psicología Médica del Hospital de Clínicas UBA –y que eventualmente devendría bajo su advocación en Departamento de Salud Mental-, poniéndose al frente del mismo y de la cátedra asociada por concurso, desde los primeros años de la restauración democrática hasta 2002.
Permitió la integración de la mejor tradición psicodinámica, los últimos desarrollos de la psicofarmacología, y la incorporación a la psiquiatría de la atención primaria de la salud y la medicina social. Fue de hecho encargado del capítulo de Atención Primaria en la World Psychiatric Association. Sus méritos lo llevaron a ser reconocido en numerosas sociedades locales e internacionales, siendo el primer psiquiatra argentino en incorporarse como miembro al American College of Psychiatrists.
Su ingreso a FLENI en 2002, donde desarrolló íntegramente la Sección de Psiquiatría de Adultos, le permitió acceder a recursos diagnósticos y terapéuticos de última generación. Entre otras cosas, su equipo consiguió junto con las secciones de Movimientos Anormales y Neurocirugía, instituir el primer tratamiento sudamericano de estimulación cerebral profunda para la depresión refractaria.
Nos queda su ejemplo como defensor de los derechos y bienestar de los pacientes, su capacidad de liderar grupos, su voluntad inquebrantable de trabajo hasta el último minuto, y su curiosidad y pasión por el conocimiento.
Dr. Salvador Guinjoan