En el Día Mundial de Concientización sobre el Autismo, Fleni brinda algunos consejos para personas con esa condición para implementar durante el período de aislamiento en casa.

A partir de la actual situación de aislamiento preventivo por la pandemia de Covid-19, la vida cotidiana se ha trastocado. Las personas deben lidiar con el encierro, el aislamiento y los cambios de rutina, además de la convivencia del grupo familiar en casa todo el día. 

Para los adultos que tienen una condición del espectro autista, estas circunstancias representan un gran desafío y, por eso, el Servicio de Psiquiatría de Fleni presenta una serie de consejos que pueden ayudar a normalizar su día a día y ser adaptada en función de las características y necesidades de cada uno.

  1. Reestructurar una nueva rutina

Para la mayoría de los adultos con autismo, el aspecto más desafiante para la capacidad adaptativa es el cambio en la rutina. El hecho de dejar de trabajar ya puede ser una situación estresante en sí misma, ya que implica cambiar hábitos y tener que aprender a concentrarse en otro espacio físico, quizás incluso con personas y ruidos diferentes a los habituales (el simple hecho de tener que sentarse en una silla diferente a la del trabajo puede ser un factor desregulador). 

Por eso, es recomendable armar la agenda semanal con horarios para cada tarea y el espacio físico donde será realizada. Esto implica pautar los momentos de interacción con los demás, así como los de recreación y ocio, anticipando lo que se hará en cada uno de esos momentos del día.

Además, es fundamental que no queden huecos de rutina en la agenda, especialmente para quienes funcionan mejor de ese modo. Algunas buenas ideas pueden ser buscar cursos online, acceder a museos virtuales y páginas informativas o lúdicas. También vale repasar qué nuevas actividades podrían disfrutarse dentro de esta nueva rutina en casa: hacer manualidades, pintar o dibujar; limpiar y ordenar; aprender algo nuevo con tutoriales. En el caso de querer hacer una actividad física, las rutinas disponibles en la web pueden no ser funcionales y en muchos casos puede ser mejor solicitarle al profesor una clase personalizada online, en la medida de lo posible. 

  1. Regular los momentos de interacción y aislamiento dentro de la propia casa

Estar con la familia todo el día puede ser una situación agobiante y, en muchas ocasiones, irritante. Se recomienda establecer momentos para interactuar, como por ejemplo el almuerzo y la cena, y otros que no demanden intercambio social.

  1. Encontrar modos sustitutos de autorregularse

Se deben encontrar modos sustitutos de lidiar con la ansiedad y la necesidad de descarga motriz. No se trata de una tarea sencilla, ya que no es fácil encontrar un modo alternativo al que se está  habituado. Las alternativas dependen de cada singularidad. Mientras que a algunos los apaciguan la meditación y las técnicas de relajación, otros encuentran alivio en juegos electrónicos o en la música a altos decibeles. 

  1. Evitar la sobreinformación

Se sugiere elegir sólo dos canales de información oficiales y dos momentos del día para conocer las novedades de la pandemia de coronavirus. Por ejemplo, a la mañana y a la noche.  A la mañana y a la noche pueden ser buenas opciones. Para quienes se interesan compulsivamente en la búsqueda de información, evaluar si eso ayuda a regularse o aumenta la ansiedad (en ese caso, debe hacerse de modo pautado y acotado).

En el contexto familiar, resulta conveniente informarse a través de la lectura, en un ambiente sereno, donde cada uno pueda acceder a la información sin invadir el espacio de los demás.

En tiempos tan desafiantes como los que corren,  para las personas con TEA es bueno recordar que:

  • Este es un tiempo de crisis. No es momento de tratar de aprender constantemente cosas nuevas ni exigirse, ni de esperar ser igual de eficiente que antes. 
  • En estos días pueden aparecer desajustes conductuales y surgir conductas estereotipadas ya erradicadas o una mayor irritabilidad. Frente a estos desajustes, hay que tratar de entender a qué responde esa conducta, por qué aparece y qué función tiene, para poder alternarla por alguna más funcional.  
  • Es posible y recomendable pedirle ayuda a los profesionales que lo conocen para pensar juntos alternativas útiles que se ajusten a las necesidades de cada uno.

Diagnóstico y atención en adultos

Profesionales de Fleni sostienen que muchos casos de TEA son diagnosticados tardíamente. “De 110 psicodiagnósticos realizados en población adulta atendida en el último año en el servicio, 7 pacientes recibieron por primera vez este diagnóstico, a raíz de un cuadro comórbido a su condición”, afirmó Natalia Schattenhofer, psicóloga del Servicio de Psiquiatría de Fleni.

Por otra parte, al llegar a la adultez, las personas con autismo y sus familias tienen nuevos desafíos por afrontar, ya sea en el ámbito social, laboral o ligados a la vida cotidiana. “Estas son algunas de las circunstancias que pueden generar desajustes y eventualmente cuadros de trastornos de ansiedad, depresión, trastornos conductuales, etc., que en muchas ocasiones requieren atención médica”, detalló el doctor Leandro Ale, miembro del mismo servicio.