La inteligencia artificial (IA) ya no es una herramienta confinada al ámbito de la ciencia o la investigación académica. En los últimos años, se convirtió en parte del lenguaje cotidiano: generó cambios en la forma en que las personas se relacionan con los sucesos y la información, e impactó tanto en la cultura como en la salud. Es una herramienta que acelera y optimiza procesos de diagnóstico, a la vez que echa luz sobre procesos “inexorablemente humanos”.

El desarrollo de la tecnología basada en inteligencia artificial puede rastrearse hasta la década de 1950. Sin embargo, es con el advenimiento de sistemas como Chat GPT acercó la IA a la vida cotidiana de millones de personas, con un fuerte impacto cultural.

“En el último tiempo la inteligencia artificial aprendió algo que hasta ahora parecía difícil, que era el lenguaje. Entonces la computadora de golpe pasó a tener una característica que parecía lejana: que sabe hablar, sabe interpretar texto, sabe utilizar el lenguaje. Y entonces hace accesible este tipo de tecnología a cualquier persona que pueda usar el lenguaje, que es prácticamente toda la población mundial”, planteó Diego Fernández Szlezak, investigador del CONICET, de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA y CTO de Entelai.

La medicina no es ajena a esta transformación. Mauricio Farez, neurólogo, director del Centro para la Investigación de Enfermedades Neuroinmunológicas (CIEN) de Fleni y CEO de Entelai, explicó que “los algoritmos bien entrenados pueden clasificar una imagen (para alcanzar un diagnóstico), dar soporte o determinar información que permita identificar una lesión cerebral o un cáncer, por ejemplo”.

El análisis de imágenes médicas, particularmente en la ciencia dedicada a la salud cerebral, es uno de los campos donde la IA demostró mayor precisión y utilidad. “La inteligencia artificial, como es la que usamos en Fleni, permite analizar mejor el cerebro, entender si hay alguna patología detrás, y ayuda a que los radiólogos y médicos tomemos mejores decisiones”, afirmó Farez. La excelencia no es solo potestad de lo artificial: el proceso de diagnóstico, tratamiento, rehabilitación y seguimiento integral siempre está a cargo de profesionales médicos.

Tecnología y humanidad: un diálogo permanente

Frente a estos avances, la pregunta sobre el lugar de lo humano no tarda en aparecer. “Yo creo que la inteligencia artificial vino a rehumanizarnos. Venimos de un proceso de automatización creciente en los últimos cien años. La IA pone esa automatización en otro nivel y nos obliga a volver a cuestionarnos qué es lo que nos hace inexorablemente humanos”, propone Fernández Szlezak.

“La IA plantea un cambio enorme. Pero como todo cambio profundo, también implica desafíos que debemos abordar con responsabilidad”, sostiene, en tanto Farez.

En poco tiempo, con la difusión de diferentes herramientas de inteligencia artificial, toda la sociedad experimenta una transformación en los procesos de comunicarse y conocer el mundo. Entender el cerebro humano y su historia evolutiva es también la llave para diseñar tecnologías más humanas. En ese diálogo entre lo biológico y lo artificial es donde se juega buena parte del futuro de la medicina y de la sociedad.

Para saber más sobre este tema y la opinión de los especialistas escuchá el Episodio “IA: transformación cultural y en la salud” de Sinapsis, el podcast de Fleni.