A partir de reportes sobre la posible utilidad del uso de aceite de cannabis en la epilepsia se ha suscitado un creciente interés de la opinión pública acerca de su posible utilidad en otras enfermedades neurológicas crónicas. Su uso, ha ganado los medios de comunicación, liderado por grupos de autoayuda pacientes y familiares con expectativas muy por delante de la evidencia médica. Se suma a esta situación  la resolución  del Senado de la Nación que  acaba de convertir en ley el proyecto que habilita el uso del cannabis medicinal para uso en pacientes e investigación médica y científica sumándose a los 72 países que han dado marco legal para su uso incluyendo varios estados de Norteamérica.

No obstante debe destacarse la enorme discrepancia entre la falta de datos científicos que demuestran utilidad, la nueva regulación y la creciente demanda para su uso. La ciencia y la investigación en este caso van muy por detrás de las regulaciones y eso es un real problema primariamente para los pacientes  y para los medicos tambien.

En un reciente estudio publicado en Movement Disorders Clinical Practice, una encuesta de 73 items fue enviada a médicos especialistas en Parkinson  de 40 países . Solo 23% de los médicos reportaron tener material científico con educación formal para su prescripción, no obstante reportaron que el 80% de sus pacientes usaban o habían usado cannabis pese a que solo 10% de los medicos habian prescrito dicha sustancia y el 52 % de los médicos reportaron una posición neutral para su uso y 10% la desaconsejaron.

El cannabis que es usado hace siglos de manera recreacional posee más de 400 componentes que afectan la sinapsis y el funcionamiento de los neurotransmisores, dentro de ellos los endocanabinoides son los más conocidos y aquellos que han recibido más atención desde la ciencia. Son estos cannabinoides a los cuales se le podrían atribuir cierto efecto sintomático sobre las enfermedades como Parkinson, Distonía, Tics , Tourette o temblor, que son las que motivan este comentario.

Con el pragmatismo a que nos obliga la evaluación del cannabis el hecho de que la droga más usada para el tratamiento de la Enfermedad de Parkinson , fue durante siglos utilizada como afrodisíaco de venta libre (Mucuna Pruriens) creemos que es fundamental destacar que esta fuera discusión que el uso de cannabis sólo podría tener  un efecto sintomático sobre algunos síntomas puntuales de las enfermedades citadas más arriba sin saberse aún cual pudiesen ser los efectos adversos a corto y largo plazo por su uso.

La FDA (Food and Drug Administration) ha entendido las necesidades no cubiertas de algunos pacientes y familiares en el tratamiento de la Epilepsia y las náuseas producidas por la quimioterapia del cáncer . No obstante la FDA no ha aprobado el cannabis para ninguna indicación. Con el agravante de que en 2016 dicha agencia realizó un estudio de los productos conteniendo cannabis y la mayoría de ellos no contenían los niveles de endocanabinoides ( componente potencialmente activo del cannabis) que decían tener, volviendo a recalcar que dichos productos no están  aprobados para su uso en el diagnóstico, cura , tratamiento o prevención de ninguna enfermedad. Esta situación pone de manifiesto el riesgo  de la utilización  de preparados no autorizados por la agencia regulatoria ya que los mismos podrían contener sustancias no deseables junto a ausencia o defecto de la sustancia deseada

La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica ANMAT en el mejor de nuestro conocimiento no ha aprobado su formulación y utilización en el país más allá de su importación para  uso compasivo. El uso compasivo es una figura legal que autoriza al médico a prescribir alguna sustancia no indicada  para una enfermedad cuando la situación lo requiere ante la ineficiencia de los tratamientos disponibles)

Con respecto a las enfermedades que cursan con movimientos anormales, debemos destacar:

Tics y Enfermedad de Tourette: Los estudios realizados sobre su efecto en la reduccion de los tics, la mayoria anecdoticos, carecen de potencia suficiente para evaluar la eficacia de los cannabinoides para esta patología. Se agrega además que siendo estas enfermedades más prevalentes en niños y adolescentes, la posibilidad de uso de sustancias con efectos psicoactivos con potencial riesgo de adicción son de un gran riesgo

Enfermedad de Parkinson: En humanos, estudios observacionales no controlados, han sugerido que los cannabinoides podrían mejorar los síntomas no motores de la Enfermedad de Parkinson. Sin embargo, cuando se realizaron ensayos clínicos de mayor envergadura y diseño, esa mejoría no pudo ser replicada.

Distonia:  Si bien existen estudios en animales que sugieren un posible rol de los cannabinoides en el tratamiento de la distonía, la evidencia disponible para su utilización en humanos es escasa. Los trabajos que pusieron a prueba este tipo de tratamiento de manera formal en pacientes con distonía primaria, aunque con bajo número de pacientes incluidos, no han podido demostrar reducción o mejoría en la distonía por métodos objetivos de medición

La escasa evidencia científica que existe al momento para el uso de cannabis medicinal en pacientes con Enfermedad de Huntington indica que no es efectivo para el control de los síntomas motores como la corea o los síntomas cognitivos y del comportamiento. Tampoco se conoce en la actualidad si el cannabis medicinal puede ser beneficioso para pacientes con Ataxia o Mioclonías.

La aprobación del uso de aceite de cannabis abre una gran puerta, no para su uso sino  para la investigación científica. Debe dejarse que la ciencia se expida sobre su utilidad y seguridad de la manera más expedita posible para que los enfermos, de existir beneficios puedan aprovecharlos rápidamente.

Prof Dr Marcelo Merello
Director Departamento de Neurociencias FLENI
Servicio de Movimientos Anormales
Cátedra de Enfermedades Neurodegenerativas UCA
Investigador Clinico CONICET