[ingl. trauma]
Lesión interna o externa debida a la acción violenta de un agente externo. Los agentes vulnerantes son de naturaleza muy variada: mecánicos, térmicos, químicos, eléctricos, radiaciones ionizantes, energía lumínica, onda expansiva, variaciones de presión y de velocidad. Actúan por diferentes mecanismos, algunos comunes para distintos agentes, y producen alteraciones generales (respuesta endocrinometabólica a la agresión, choque circulatorio, parada cardiorrespiratoria, síndrome general del gran quemado, hipotermia, electrocución, fulguración, lesión generalizada por efecto explosivo, insolación, etc.) y locales (contusión, herida, quemaduras térmicas, eléctricas o químicas, congelación, lesión local por efecto explosivo, radiodermitis, etc.), que son muy variadas y dependientes del agente vulnerante responsable del traumatismo. Según la localización topográfica de las lesiones, los traumatismos se clasifican en traumatismos del cráneo, de la cara, del cuello, del tórax, del abdomen, de la columna vertebral y de las extremidades. O según su localización específica, se habla de traumatismos oculares, de la tráquea, del hígado, medulares, etc.
SIN.: lesión traumática, trauma.

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