A Nicole Adamoli Vernucci, a quien todos llaman Nikita, le detectaron su problema a los 17 meses. Nacida el 13 de abril de 2005, al año y medio no caminaba. Tenía su pie izquierdo como en punta, tal la descripción de su mamá Marisol Vernucci, su bracito pegado al cuerpo. Fue entonces que con una resonancia detectaron la lesión. “Se supone que fue un infarto cerebral que sufrió en el útero –cuenta su madre_. “La primera vez que le aplicaron botox en FLENI se vio el efecto de manera inmediata. Dos veces al año vamos a Hospital de Día, durante 15 días. Es fabuloso, como si se metiera en un spa. No logramos esos avances en otros centros de rehabilitación”. Nikita va ahora a un jardín de infantes, corre, sube y baja escaleras. Su mamá rescata de FLENI, sobre todo, la escucha. “Sí, te escuchan y se ponen de tu lado. En eso también es diferente”. Como parte de la rehabilitación, a Nikita se le crean juegos que le resulten interesantes. Por ejemplo, llevar comida a un bebé esquivando obstáculos o “navegar” en balsa. Nikita también usa una bota corta de yeso en su pie izquierdo. Los yesos seriados progresivos disminuyen la hipoextensibilidad de la musculatura posterior de la pantorrilla de Nikita de modo de mejorar su patrón de marcha.